Páginas

martes, 31 de julio de 2012

UN POQUITO MAS

Un poquito más. No es el título de una canción ni una frase a media voz entre dos amantes. Es una Montorada más de nuestro Mª Hacienda : " El deficit del Estado hasta Junio se ha situado en el 4% del PIB o un poquito más", dijo ayer. Y se quedó tan pancho. Técnicamente impecable. Un poquito más ¿cuánto? el 4.01? el 4.23..?? ¿Cuántas pensiones o subsidios de desempleo podrían pagarse con ese poquito más? ¿Cuántos asesores, dispendios autonómicos supone ese pequeño montante? Seguro que ese poquito más nos arreglaba el cuerpo a más de uno. Así poquito a poco nos vamos/van enterrando en el dificit público sin darnos cuenta.(Montoro, please: mételos en cintura "un poquito mas" )

viernes, 27 de julio de 2012

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

El Consejo General Poder Judicial reconoce a su ex Presidente Carlos Divar una pensión de 200.000 € ¿Por qué? Por dimitir ¿Por qué dimitió? Porque le pillaron gastando dinero público para sus fines privados ¿Quién lo descubrió? Los propios vocales del Consejo General Poder Judicial. ¿Los mismos que autorizaron la pensión? Sí. ¿Entoces por qué le pagan? Porque lo dice la Ley de retribuciones de altos cargos para casos de cese. ¿Quién vela por el cumplimiento de estas leyes? Los jueces. ¿Y quién es el máximo órgano de gobierno de los Jueces? El Consejo General del Poder Judicial. ¿Algo más? NO

jueves, 26 de julio de 2012

CRIA CUERVOS.

Ayer falleció Peces-Barba. No era uno de mis políticos preferidos , pero en los obituarios por su muerte y demás crónicas periodísticas hay coincidencias al considerarle uno de " los padres de la patria" por ser uno de los artífices de la Constitución Española de 1978, . Pues bien, la paternidad le salió rana por una malformación congénita del feto; ahora el niño ha crecido y se ha convertido en un díscolo e insaciable Estado de las Autonomías. Descanse en paz.

miércoles, 25 de julio de 2012

Lecciones de la crisis: 2) Los financieros quiebran los bancos. Los políticos, además, los gobiernos. Y los gobiernos acaban con los Estados

¿Y ahora don Mariano?, Puesss nada nada, que toca subir impuestosss a ver si cubrimosss todos los gastosss del estado.. No entiende, o no quiere entender, que así no hay salida, que la solución no es coger otro montón de dinero, dinero que no es gratis, que hay que devolver. Ese es el motivo que nos ha traído hasta aquí. Mucho dinero y barato. Sus ministros nos dicen que ya se ha hecho todo lo que estaba en nuestra mano y era posible hacer. Que ya no podemos ir más allá y que es la hora de que cumplan quienes nos han prometido "ayuda". ¿No entiende que cuando un avión está en dificultades en vuelo lo que hace es soltar lastre y no cargar mas combustible?, ¿Es que no sabe que 1.800 calorías por día son mas que suficientes para una persona con una actividad sedentaria, como la actual de su gobierno, que no hace ninguna actividad física, léase que no invierte?. Pero no, usted no piensa hacer un ajuste serio en las varias administraciones que acogotan al ciudadano que paga impuestos en cabeza de fila (si, perdone, usted y los demás funcionarios pagan impuestos por el salario que reciben que proviene, a su vez, de los impuestos pagados por los ciudadanos que pagan impuestos en cabeza de fila. He aquí un juego de palabras muy de su gusto. ¿O no?. Y no me copie, por favor, o le demandaré por derechos de autor, que estoy harto. Ese españolito que soporta la nómina de 450 mil políticos empleados en la Administración (350 mil mas que Alemania y el doble de Italia), forzada a pagar los gastos de 22 mil coches oficiales (en EEUU se las arreglan con mil), sin otro remedio que cubrir el coste de 3,1 millón de funcionarios públicos (un millón más que hace diez años), obligada a bancar con ... la verdad, me agota y me aburre seguir porque son datos publicados cada día en los medios y que usted conoce de sobra. Entonces, ¿Porqué no se ajusta usted primero el cinturón y de paso nos afloja el nuestro?. Lo más frustrante es comprobar que, siete meses después de acceder al gobierno, no tenía, ni tiene, un plan. Que todos sus ministros, a pesar de ser doctores, masteres, lehrman brothers y otros méritos, no tienen ni pajolera idea de lo que hay que hacer. Que los Consejos de ministros deben ser unas creativas reuniones de braimstorming de las que salen medidas, si quiere hasta bien intencionadas, pero en una única dirección: empobrecer aún más a una ciudadanía camino de los seis millones de desempleados. Decía Montesquieu que a los políticos debería temblarles la mano antes de sacar una nueva ley. No parece que le hacen mucho caso, si es que le han leído. Promulgan leyes improvisadas, las rectifican después, las retuercen, las anulan, las subordinan a otras posteriores ignorando siempre la vieja regla que dice que cada euro que se confisca al ciudadano a través de los impuestos, se queda en sesenta céntimos cuando vuelve al mercado en forma de servicios e inversiones. ¡Que negociazo! Nos habíamos acostumbrado, mas bien resignado, a los derroches del gobierno anterior, algo inherente a la demagogia socialista. Pero le votamos, don Mariano, para que pusiera orden en la caótica situación de las finanzas del estado porque ya demostró que sabía hacerlo, aunque a la vista está que no fue usted el artífice de aquel buen hacer, que no milagro. Se supone que, aunque en la oposición, sabían ustedes lo que los mangarrotas estaban haciendo, y no solo los mangarrotas socialistas, sino también los suyos, que controlaban la mitad del presupuesto nacional a través de los autonomias que gobernaban. ¿De verdad no sabían cuales eran las cuentas del estado?, ¿Para eso les hemos pagado durante ocho años?, ¿Que clase de control ejercían cada miércoles y en cada debate de la Nación?. Disculpe, pero yo no le creo. O es todo una gran farsa o una tomadura de pelo a los ciudadanos, o ambas al mismo tiempo. En cualquier caso, es una dejación total de sus funciones, responsabilidades y obligaciones. No es fácil predecir cómo y cuando saldremos de esta crisis. Pero una cosa es segura: en un futuro no lejano volverán, ustedes, los políticos, a crear las condiciones para otra nueva crisis. Aunque, repito, con nuestra aquiescencia, de miles o millones de ciudadanos, entre los que no me incluyo, que les seguirán votando. Para Milton Friedman, la Gran Depresión fue consecuencia de una fulminante contracción monetaria y crediticia permitida por la Reserva Federal. Lo que no se sabía es lo que sucedería cuando se iba al otro extremo, expandiendo el crédito fácil y el dinero barato. Ahora sabemos que el exceso de crédito promueve booms en serie y después quiebra bancos. La próxima crisis no será causada por las hipotecas suprime, ya estamos vacunados. Pero será otra forma de turbulencia ocasionada por la excesiva, o ineficiente, nunca deficiente, intervención gubernamental. Y eso no significa que el estado no deba estar presente en la economía, no. Pero debería ser algo así como el árbitro de fútbol cuya actuación no decidiera el resultado del partido, aunque sería imposible jugar sin él. El estado solo debe interferir en la marcha de la economía creando las condiciones para que esta se desarrolle libremente y genere prosperidad. Es una interferencia fundamental para impedir el abuso económico por parte de cárteles y monopolios, para ejercer el monopolio de la violencia, para garantizar la seguridad de los ciudadanos, además de proveer una educación fundamental de calidad y defender el territorio nacional. A lo que aspiramos, al menos yo, es a tener un estado fuerte, que no grande, que garantice el funcionamiento de una justicia independiente (que haga cumplir los contratos) y preserve los derechos de propiedad (el mas importante, el derecho a la vida). A partir de ahí, a vigilar que no se marquen goles en fuera de juego y a sancionar los penaltis, si lo hubiera.

lunes, 23 de julio de 2012

Lecciones de la crisis. 1) El gobierno no es parte de la solución; es el problema

La crisis nos está enseñando algo que, aunque elemental, no parecía tan obvio hasta ahora y es que la economía, incluso la macroeconómica, es algo bastante simple. Basta observar unos pocos principios básicos y cualquiera podría ser un excelente ministro de Economía. Por ejemplo, no gastar mas de lo que se ingresa. Por ejemplo, no pedir prestado si no es para iniciar un negocio o cubrir una situación transitoria de falta de tesorería. Por ejemplo, honrar los compromisos financieros y tener en cuenta que no se puede prestar lo que no existe y, por fin, ahorrar una pequeña parte de la renta para los momentos difíciles. En este sentido, todos somos a diario unos excelentes ministros de economía de nuestras pequeñas finanzas. Con una diferencia: lo hacemos bastante mejor que los montoros, los guindos, los solbes o las salgados de turno porque, además de tener que procurar los medios para pagar las facturas, tenemos que resignarnos a ver como esos recursos se nos quedan casi en la mitad pues la otra mitad nos es arrebatada de forma inmisericorde por los susodichos. Pues a pesar de ser algo tan simple, se empeñamos los políticos, bien que con nuestra aquiescencia, en violentar esos principios con entusiasta vehemencia cada cierto tiempo con la consiguiente e inevitable consecuencia de otra crisis financiera. El tamaño de la misma depende de la cantidad de principios violentados. Mucho me temo que, en la actual, no hemos dejado ninguno indemne. Hemos gastado lo que no teníamos y nos hemos endeudado como no deberíamos, sin necesidad. No podemos cumplir con nuestros compromisos financieros y por eso ahora nadie quiere prestarnos, si no a un coste excesivo. Lo que nos deja cada vez mas endeudados, a nosotros, a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. Y eso es algo profundamente inmoral. Decía T. Jefferson, uno de los padres fundadores de los EEUU, que nadie tenía el derecho a endeudarse a un plazo superior de treinta años, que es lo que dura una generación. Que cada uno pague sus deudas con el fruto de su trabajo durante su vida laboral útil, pero que no deje deudas a las generaciones futuras. Si los políticos entendieran esto, ¡Cuanto mejor nos iría! Hemos actuamos como lo hace el conductor que al pasar por el lugar de accidente casi detiene la marcha para observar de cerca el siniestro y, ante la visión de los heridos o muertos, se hace el firme el propósito de dirigir con prudencia. Pocos kilómetros después se le olvida y vuelve a conducir y conducirse igual que antes. O como el resacoso que jura que no volverá a beber en su vida. El sábado siguiente vuelve a salir prometiéndose que va a ser comedido. Solo que llega otra vez beodo a casa. Y así, de pedo en pedo, hasta la cirrosis total. Que es exactamente donde nos encontramos. Ahora tienen que decirnos desde fuera lo que tenemos que hacer. Y solo ahora percibe este gobierno (la oposición, hasta hace dos días gobierno, aún no) que existen, por ejemplo, cientos de empresas públicas que no sirven para nada, decenas de trayectos ferroviarios que tienen que ser cerrados porque son inviables (lo recaudado por la venta de billetes cubre apenas el 16% de los costes) y un largo etcétera ... Y el ciudadano cuerdo, el que ha tenido que arcar con la cuenta, se pregunta cuantas ineficiencias aún no detectadas, o tal vez aún ocultadas intencionadamente, continúa pagando. Parece como si el gobierno fuera el niño travieso que confiesa a su madre cuantos dulces se ha comido solo cuando ésta le pone contra las cuerdas a base de preguntas y anuncios de castigo. Luego sonríe inocentemente, se frota las manos, mira al suelo y le dice que él no sabía que eran malos para la tripita y que no lo volverá a hacer. Hasta a próxima, claro. Bisarck, el gran Canciller de Hierro, nos elogió en cierto ocasión diciendo que España era la nación más fuerte, más resistente del mundo, pues, los españoles llevaban siglos tratando de acabar con ella y no lo habían conseguido todavía. ¡Por fin lo han hecho, Otto!, le diría hoy su compatriota Merkel. Señores, en nuestras manos está no ser, una vez mas, la madraza que hace la vista gorda. Y nada de unos azotitos y a la cama sin postre. ¡Al correccional internos!.

lunes, 9 de julio de 2012

REALMENTE DOS MUNDOS

He regresado hace unos días de uno de mis ya periódicos viajes a EEUU, allí tengo amigos, que son ya parte de la familia, y he pasado mucho tiempo estudiando, trabajando y disfrutando de vacaciones durante los últimos veinte años. Son enormes las diferencias de mentalidad que siempre he apreciado entre las personas de ambos lados del Atlántico, de las dos caras mas visibles del llamado "Mundo Occidental", pero hay dos de ellas que considero de enorme importancia y que, con cada nueva visita que realizo a los EEUU, me resultan mas evidentes. La primera de ellas es el concepto tan americano de unos servicios públicos lo mas pequeños posibles y que lleguen solo hasta allí donde no puede hacerlo la iniciativa privada, siendo su maximo eejmplo el transporte publico, tanto urbano ( el popular metro) como interurbano (básicamente el tren), en ambos casos es habitual escuchar comentarios del tipo "pero que cutre, que pobre, con los buenisimos trenes y metros que tenemos en España...", si amigo mío mucho mejores, pero pagados con el dinero de sus impuestos y los míos, yo preferiría que fuesen un poco menos lujosos y pagar menos, de ahí la máxima americana "los servicios públicos no pueden ser mejores que los privados". La segunda diferencia es la fortaleza de la Sociedad Civil en EEUU, mientras que en Europa, y particularmente en España, tenemos una opinión publica anestesiada y a merced de los mensajes, cada vez mas primarios, de los medios de comunicación, en EEUU existen fuertes corrientes de opinión que, partiendo de la iniciativa individual de los ciudadanos, cuando algo no les gusta, les preocupa o les molesta, hace que estos se agrupen, se organicen, y busquen cambiarlo, respetando y aprovechando las oportunidades que el sistema democrático les ofrece para ello, ejemplo de ello es movimiento Tea Party. Esto es solo un reflejo, de algo mucho mas profundo y que esta presente en el meollo mismo de la mentalidad americana: si algo no te gusta busca como cambiarlo y si tienes un problema busca tu la solución no esperes a que alguien venga y lo arregle por ti. Siempre recuerdo la escena de unos trabajadores de la construcción, durante unas recientes inundaciones en uno de los estados del medio oeste, rescatando por su propia iniciativa, y con ayuda de sus propias herramientas de trabajo, a una familia atrapada en una riada, si la escena se hubiese producido en España, a lo mas que hubiesen llegado los testigos es a llamar al 112 para que el estado les solucionase la papeleta........

LOS EXCESOS DEL TRIUNFO

Siempre me han parecido excesivas las celebraciones tras un gran campeonato de futbol. Me parece excesiva la veneración a los jugadores en su paseo triunfal, podrían hacerse pipí desde el autobús y la masa aclamaría extasiada.No me interesa ver a los jugadores decir memeces o tambalearse chuzos sobre el escenario, me interesa verles jugar y ganar en el campo, que es donde demuestran su categoría. Fuera de ahí, tan vulgares como cualquiera. Hay también honrosas excepciones.