La economía puede ser todo lo complicado que queramos hacerlo. El día a día nos da ejemplos de cómo interpretarla
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viernes, 11 de enero de 2013
NO QUIERO VACACIONES
Todos los años por estas fechas me sucede los mismo al reincorporarme al trabajo tras unos días de vacaciones por navidad: se me arremolinan las perezas, los prejuicios laborales y las nostalgias por los momentos vividos. Y sólo se me ocurren dos antídotos para combatirlo, como pasa con la alergia en primavera: evitar la exposición al polen (es decir, no volver a trabajar) o inocularte del mismo germen que causa tus males para adaptarte a él (no dejar de trabajar). Como de las dos variantes sólo está a mi alcance la primera, he decidido no volver a tomar vacaciones, renunciar a ellas y negociar con la empresa que me las pague, así ,a la par que ahorro evito estos vacíos de adaptación. El que no se consuela es porque no quiere.
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Pos damelas a mi jefe!!!!
ResponderEliminarMi estimado Rodrigo, yo sí quiero vacaciones, que aunque cuando llegan a termino, nos dejan con una sensación de abandono, ansiedad y rabia por el fin de la felicidad, el tiempo que se ha podido disfrutar de las horas del día, todas para tí, no tiene precio...qué ganas de holidays Sr Rodrigo.
ResponderEliminarMi estimado Rodrigo, yo sí quiero vacaciones, que aunque cuando llegan a termino, nos dejan con una sensación de abandono, ansiedad y rabia por el fin de la felicidad, el tiempo que se ha podido disfrutar de las horas del día, todas para tí, no tiene precio...qué ganas de holidays Sr Rodrigo.
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