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domingo, 30 de septiembre de 2012

A favor del referendo catalán

Mucha tinta, páginas y tiempo estamos gastando con el “problema catalán” siendo, a estas alturas, un problema menor comparado con la que está cayendo. Pero el español siempre ha tenido dificultades para diferenciar lo principal de lo accesorio, lo importante de lo urgente y le preocupa tanto el grano que tiene en el culo como el cáncer que le devora el pulmón.
Deberíamos concentrar nuestras fuerzas en buscar soluciones a nuestros problemas reales, importantes y urgentes. Y el “problema catalán” no lo es. El problema lo tienen ellos.

Muchos españoles están cansados de que este asunto sea el que abra los noticiarios, el que ocupe las tertulias mediáticas, el que llene nuestras conversaciones de café. La mayoría estamos llegando a la conclusión de que lo mejor es que se vayan, pero no porque ellos lo quieran, sino porque lo decidimos nosotros a través de un referéndum en el que participen todos los españoles. Y sin embargo, yo estoy a favor de que Cataluña celebre el referendum y de que nosotros nos quedmos sentados esperando el resultado con mucho escepticismo y una cierta curiosidad. Lo estoy por varias razones:

1) Si no llegan a celebrarlo porque hacemos prevalecer las leyes en vigor, les estaríamos dando una nueva munición, esta vez de gran calibre, para seguir alimentando sus falsos mitos nacionalistas. Cada vez serán mas mártires y sus reivindicaciones cada vez mas insufribles. ¡Ay no, por Dios, que cansancio!.

2) Se dice que la inmensa mayoría de los catalanes no son independentistas. Pues bien, sería una gran ocasión para demostrarlo. Que vayan a votar y se definan de una vez. ¿Qué pasó con el Estatuto-Constitución?, pues que les dieron un día de fiesta, hacía solito y se fueron a la playa dejando que el bodrio pasara el primer obstáculo. ¡Bonita condición de ciudadanos que se dicen españoles también!.

3) ¿Qué pasa si ganan?. Pues nada, que se van. Los catalanes tienen que tomar conciencia de que esta vez va en serio y que si el resultado sale favorable a la independencia, la han conseguido. Pueden preparar las maletas. Y además con la exigencia de que no podrían pedir la reincorporación a España (porque la pedirían) hasta pasados treinta años, que es lo que dura una generación. A ver si la nueva espabila. Ventajas: a) Si deciden irse, no será moco de pavo la cantidad de millones de euros que nos vamos a ahorrar. b) los partidos mayoritarios nacionales (estoy incluso pensando en el PSOE, me siento hoy generoso) dejarían de estar chantajeados por estos partidos regionalistas, c) no tendríamos a Durán y Lérida sentado en el Congreso y siendo el político mejor valorado (¡ay que ver lo gilis que somos los españoles!. A veces pienso que nos merecemos lo que nos pasa)

4) ¿Y qué pasa si pierden?. Pues que habría que dispensar a los actuales dirigentes catalanes un trato legal proporcional al daño que han ocasionado. Ya sé que esto en España sería una novedad jurídica, pero podríamos crear una ley ad hoc para ellos (o aplicarla de una vez, si es que existe). Sería también la única forma de dejar de oir quejas lastimeras, babosas y victimistas de lo mal que les trata Madrí. ¡Que alivio!

Por todas estas razones, y otras que se me escapan, doy mi voto favorable para que se celebre el referendum en el Condado y tierras aledañas.

2 comentarios:

  1. Creo que si se celebra el referndo, esta vez los espanolistas no se quedarian en casa, irian a votar, porque saben que ahora se juegan el todo o nada.

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  2. Entiendo lo que dice Doctor, pero dejarles celebrar el referendum sería la primera claudicación, por mucho que se hagan los mártires después. Hay que cumplir la ley, y si luego se revuelven volver a cumplir la ley que en este caso podria resumirse en "leña al mono".

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