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miércoles, 8 de febrero de 2012

Por la Ribera

Tengo una pequeña debilidad que cada vez va a más, no es otra que los vinos, un mundo que en la actualidad está muy en boga, ya que todo el mundo se ha convertido en un sumiller en potencia.


Yo, en este aspecto, soy bastante humilde, y no puede ser de otra manera ya que ni por la plata ni por conocimientos, puedo aspirar a probar muchos de los caldos que me gustaría y que siempre estarán en una lista mental a la espera de ganar el Euromillón.


En cualquier restaurante o local de tapeo, se pueden escuchar conversaciones acerca de los taninos, la longitud del sabor o los matices a roble y frutos del bosque, todos ellos acompañados de aseveraciones acerca de esos detalles y datos de una u otra nueva bodega que hemos descubierto.


Por supuesto, que más de la mitad de esos expertos, fallarían en una cata donde se sirviesen los mejores vinos, mezclados con vinos medios e incluso mediocres, de precios tan sumamente dispares que cuesta entender tales diferencias en una bebida, pero es un fallo común que lógicamente se comprende, ya que es un mundo complejo y extenso.


A mí, personalmente me encanta no solo beberlos, sino la ceremonia de decantar el vino, el abrir una botella y oler su interior en espera del exquisito sabor que llenará mi paladar, poder compartir esa experiencia con tus amigos, tu mujer o tu prima la del pueblo y poder repetir la presentación de dos novios que serán por siempre el matrimonio perfecto, un buen tinto y el jamón.


Ya sabéis...me gustan las mujeres, me gusta el vino, y si tengo que olvidarlas bebo y olvido.

3 comentarios:

  1. Dorian, veo que es verdad que eres "humiller" pues tu escrito rezuma sabor del bueno. Aunque exageras un poco. En el vino hay grandes y consumados bebedores,pero muy pocos entendidos. Afortunadamente. Sería una lata degustar una buena comida y un buen vino y no hablar de otra cosa que de taninos, pH, acidez, equilibrio, hollejos, etc.
    Si pensamos que en el mundo se consume un 30% mas del vino que se produce hay, cuando menos, un tercio de enófilosos que no tienen ni idea.
    Cuando mozo, me gustaba jugar con un amigo al que iba a buscar a su casa. Cuando su madre abria la puerta yo preguntaba: ¿Tanino?. Y ella respondía: Tá, si. Pasa que le llamo

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  2. Lleva Vd razón Dorian en lo que dice: hay más de los que pimplan que los que entienden de verdad. Y a Vd le considero de los primeros. A mucha honra ,que yo también práctico ese deporte con cierta asiduidad. Cuidese.

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  3. Viva el Ramayal que nos vamos a meter hoy.
    Un abrazo Sres.

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